¿Contratas por intuición o por información?

En el mundo empresarial, contratar a la persona correcta puede ser la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Sin embargo, muchas pequeñas y medianas empresas aún toman decisiones de contratación basadas más en lo que “sienten” que en lo que realmente saben. ¿Te suena familiar? Tal vez has pensado: “Esta persona me dio buena vibra” o “creo que encajará bien con el equipo”. Pero ¿qué pasa cuando esa intuición falla?

Contratar por intuición no siempre es negativo; todos los líderes desarrollan con el tiempo un instinto que los ayuda a identificar talento. El problema surge cuando esa intuición se convierte en el único criterio. En cambio, contratar con base en información —es decir, apoyándose en datos, indicadores y procesos estructurados— puede convertir el azar en estrategia.

El punto de partida: reconocer cómo tomas decisiones

Antes de mejorar tu proceso de selección, necesitas entender cómo estás decidiendo actualmente. En la mayoría de empresas pequeñas, el proceso de contratación suele ser rápido, poco estructurado y con una fuerte carga emocional. No hay evaluaciones estandarizadas, ni mediciones objetivas del desempeño posterior, y los currículos se analizan más por “sensación” que por evidencia.

Esto no te hace un mal empleador. Simplemente refleja una realidad común: contratar en una empresa pequeña es un reto porque el tiempo apremia y los recursos son limitados. Pero justamente por eso, cada decisión debe ser más consciente y estratégica.

Preguntas que pueden ayudarte a reflexionar:
  • ¿Cuántas veces has contratado a alguien solo porque te cayó bien en la entrevista?
  • ¿Evalúas de forma sistemática el desempeño de tus colaboradores después de contratarlos?
  • ¿Tienes claro qué habilidades realmente impactan los resultados del puesto?
  • ¿Has tomado decisiones de contratación basándote más en urgencia que en análisis?

Responder con honestidad te permitirá ver si tus procesos están guiados más por la intuición o por la información.

La intuición: una aliada poderosa, pero incompleta

La intuición no es enemiga del buen juicio. Es una herramienta que combina experiencia, observación y empatía. Sin embargo, cuando se convierte en el único criterio para contratar, puede llevar a errores costosos.

Un estudio de Harvard Business Review sugiere que los gerentes suelen sobreestimar su capacidad de “leer” a las personas durante una entrevista. De hecho, la mayoría de los entrevistadores confunde seguridad con competencia, y simpatía con compromiso. Es decir, nos dejamos llevar por sesgos naturales sin darnos cuenta.

Cuando contratas solo por intuición, corres el riesgo de elegir a alguien que encaje contigo, pero no necesariamente con el puesto o los objetivos del negocio.

Ejemplo real:

Imagina que contratas a una persona para liderar tu área comercial porque tiene una personalidad extrovertida y conectó muy bien contigo. A los tres meses notas que no cumple las metas, no gestiona adecuadamente el seguimiento de clientes y le cuesta adaptarse a los procesos internos. ¿Falló su actitud o tu método de selección?

La respuesta es simple: faltó información.

La información: el nuevo superpoder empresarial

Contratar por información no significa eliminar la intuición, sino equilibrarla. Significa recopilar, analizar y usar datos concretos que te permitan tomar mejores decisiones. En otras palabras, pasar de “creer” a “saber”.

¿Qué tipo de información deberías considerar al contratar?
  • Datos del perfil profesional: experiencia, logros, habilidades medibles.
  • Pruebas psicotécnicas o de competencias: ayudan a identificar comportamientos y fortalezas.
  • Evaluaciones por resultados: simular tareas reales del puesto para ver el desempeño.
  • Historial de desempeño en empleos anteriores: si puedes acceder a referencias objetivas, mejor.
  • Datos internos: analiza los perfiles de tus mejores colaboradores actuales. ¿Qué tienen en común?

La información permite construir procesos más justos, equitativos y basados en evidencia. Además, te da la oportunidad de predecir el éxito de una contratación antes de que suceda.

¿Por qué seguimos contratando por intuición?

Si ya sabemos que la información aporta mejores resultados, ¿por qué seguimos dejándonos llevar por la intuición? Hay tres razones principales:

1. La falta de tiempo

Muchas empresas necesitan cubrir vacantes rápido. En ese contexto, la intuición parece una vía corta y eficiente. Pero en realidad, cada contratación equivocada cuesta tiempo y dinero, lo que hace que el atajo sea más caro a largo plazo.

2. La falta de herramientas

No todas las pymes tienen acceso a plataformas o software especializado. Sin embargo, existen métodos simples para recolectar datos: formularios estructurados, entrevistas con puntajes, matrices de competencias y evaluaciones de desempeño. No necesitas tecnología avanzada para comenzar a medir.

3. La costumbre

Durante años, hemos normalizado la idea de que un “buen líder” puede identificar talento con solo mirarlo. Pero los tiempos han cambiado. Hoy, las decisiones inteligentes se toman con datos, y eso también aplica a las personas.

El costo oculto de contratar por intuición

Una mala contratación no solo impacta en la nómina. Afecta el ambiente laboral, la productividad y la moral del equipo. Estudios estiman que reemplazar a un empleado puede costar entre el 50% y el 200% de su salario anual. ¿Por qué? Porque implica invertir en procesos de selección, capacitación y adaptación, sin garantía de éxito.

Además, la rotación constante genera incertidumbre y desgaste en el equipo. Y aunque muchas veces culpamos al colaborador por “no dar la talla”, la raíz suele estar en una mala decisión de contratación.

Cómo empezar a contratar con base en información

No necesitas grandes inversiones para hacerlo. Solo una mentalidad más analítica y estructurada. Aquí te comparto una guía práctica que puedes implementar paso a paso.

1. Define claramente el perfil del puesto

Describe con detalle las tareas, metas, competencias y habilidades que el cargo requiere. Cuanto más claro sea el perfil, más fácil será medir si alguien encaja o no.

2. Usa herramientas de evaluación objetivas

Puedes implementar formularios, tests de competencias, entrevistas por comportamientos o ejercicios prácticos. Lo importante es que midas con criterios uniformes a todos los candidatos.

3. Registra los resultados

Diseña una matriz simple donde anotes los puntajes o resultados de cada candidato en aspectos clave. Esto te permitirá comparar objetivamente y no depender solo de la memoria o la impresión.

4. Involucra más de una opinión

Las decisiones colectivas reducen los sesgos. Incluir a otros miembros del equipo en la entrevista ayuda a equilibrar perspectivas.

5. Analiza los resultados post contratación

No termines el proceso cuando firmas el contrato. Evalúa al nuevo colaborador durante sus primeros meses. Si tienes métricas claras, sabrás si tus métodos están funcionando o si debes ajustarlos.

Del presentimiento al conocimiento

Contratar por información no significa dejar de confiar en ti. Significa aprender a combinar la sabiduría emocional con la evidencia. La intuición puede decirte “me gusta esta persona”, pero la información te dirá “esta persona tiene lo que necesitamos”.

En otras palabras, la intuición te puede guiar, pero la información te confirma el camino.

El futuro de la contratación: decisiones basadas en datos

En un entorno laboral cada vez más competitivo, las empresas que logren usar los datos como motor de decisiones tendrán una ventaja enorme. No solo atraerán mejor talento, sino que también crearán equipos más productivos, felices y alineados con sus valores.

Adoptar un enfoque basado en información no es un lujo; es una necesidad para sobrevivir en el mercado actual. Las empresas que aún contratan por intuición seguirán atrapadas en un ciclo de prueba y error que les costará tiempo, dinero y credibilidad.

Reflexión final

Pregúntate: ¿cuántas de las personas que hoy trabajan contigo fueron elegidas por intuición? ¿Y cuántas fueron seleccionadas con base en datos reales? Si la mayoría de tus respuestas apuntan a la intuición, no te culpes. Todos empezamos allí. Pero ahora tienes la oportunidad de cambiarlo.

Contratar con información no es solo una estrategia empresarial, es una muestra de respeto por tu equipo y por los objetivos de tu empresa. Porque cuando decides con datos, creas futuro. Y el futuro siempre recompensa a quienes se preparan para él.

Contratar con información es más que una práctica moderna: es una decisión inteligente.

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